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Mostrando las entradas de febrero, 2025

Hijos o no hijos ???

    Nosotros, por mucho que haga falta una corrección ejemplar, no podemos ni debemos corriger hijos ajenos. Menos, hoy en día, con los “des hechos” humanos que protegen más al delincuente que al hombre justo. Pero, escrituralmente, el Señor nos enseña què, iniciando con su ejemplo, un Padre solamente puede corregir a sus propios hijos. Aunque un hombre o una mujer se casen por segunda ocasión, están muy limitados a corregir a sus hijastros. La palabra de Dios nos dice que las angustias, los problemas, las situaciones desagradables que vivimos quienes hemos reconocido a Cristo como nuestro suficiente salvador… son porque somos sus hijos, y que, por lo tanto, estamos bajo su cobertura, lo que le da el derecho de corregirnos cada vez que lo necesitamos. Dios no corrige a los bastardos, solamente a sus hijos (Hebreos 12:8). Suena duro humanamente, pero asì es en lo espiritual.   Señor: Danos un honesto celo por tu casa.

Quienes forman la nube ???

    “Por tanto” significa en la lengua castellana: “Por consiguiente; por lo que antes se ha dicho; por el motivo o las razones de que acaba de hablarse”. En el libro de Hebreos en el capítulo 11, leemos a los grandes hombres y mujeres de fe, entiéndase: Abraham (8), Sara (11), Isaac (20); Jacob (21); Josè (22); Moisès (23); Rahab (31); Gedeòn, Barac, Sansòn, Jeftè, David y Samuel (32) entre otros más. Y luego, en el primer verso del capítulo 12 se nos dice: POR TANTO (o sea, por los motivos o razones de que acabamos de hablar)… nosotros también TENIENDO EN DERREDOR NUESTRO TAN GRANDE NUBE DE TESTIGOS. ¿Entendimos?   Esa gran nube de testigos no son ángeles, no son seres de otro planeta… son los grandes hombres de fe, que nos incitan con su ejemplo y su observación a despojarnos del peso del pecado. ¿Quiènes son la nube de testigos? La escritura nos dice que esos grandes hombres y mujeres de fe... y “quizás” el Señor esté incluyendo también a nuestros seres amados que...

Pensaron hacerme mal.

  Josè, el amado de su padre Jacob, debido a la envidia de sus hermanos es vendido a unos mercaderes, que a su vez, lo venden en Egipto (Gènesis 37:25). Josè es bendecido por Dios (no sin antes pasar algunas tribulaciones), y se establece en el imperio egipcio como uno de los principales (Gènesis 41:37-39). Asì la situación, hay hambruna en la tierra y los hermanos de Josè se presentan delante de él para suplicar su favor (Gènesis 42). Luego de varias citas, Josè se da a conocer a sus hermanos y les dice: “Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios, cambió todo para bien, y para hacer lo que hoy vemos, y salvar a mucha gente (Gènesis 50:20). Recordemos que los hermanos de Josè son los “patriarcas” de la historia. Hoy, la situación es muy parecida, muchos que se consideran “patriarcas” de la iglesia están lastimando a muchas personas fieles y amantes del Señor, pero no saben que están siendo “utensilios” valiosos en las manos de Dios, pues esas personas que hoy están siendo ofendidas...

Cuando el cielo toca la tierra

    Las palabras de Cristo: “El reino de los cielos se ha acercado”, no las comprendieron los discípulos ni los creyentes de la primera centuria, ni nosotros dos mil años después. ¿Realmente, el cielo se acercò a la tierra? Si estudiamos las escrituras veremos que sì. Pero como todo en èsta vida, sólo quienes se esfuerzan lo suficiente alcanzan las metas. Ver, sentir, apreciar el reino de Dios entre nosotros; palpar el cielo; ser atendido por un ser no humano y con poderes que tampoco son humanos… simplemente no es para cualquiera de nosotros. Solamente personas muy entregadas a Dios, personas hambrientas y obedientes a Dios han tenido ese privilegio ganado. Agar, en momentos de angustia (Gènesis 16:7); Lot, en momentos de angustia (Gènesis 19:1); Elìas, en momentos de angustia (1ª Reyes 19:1-7); Cristo, en momentos de angustia (Lucas 22:43). También en momentos de alegría: A los pastores, para el nacimiento (Lucas 2:8:20); Quitàndo la piedra luego de la resurrecciòn (Mate...

Puestos los ojos en el premio.

    Campeonatos de Liga Nacional, Campeonatos Internacionales, Campeonatos Mundiales, Campeonatos Intercontinentales, etc. Todos tienen un factor común: “Los equipos que participan, tienen sus ojos puestos en el premio, el trofeo de Campeòn”. ¿Hay algo de malo en eso?   ¡De ninguna manera, para eso se preparan y compiten!. Nuestro Padre celestial nos ha ofrecido: “Sè fiel hasta la muerte y yo te darè la corona de vida” (Apocalipsis 2:10). Estamos compitiendo en el Campeonato Mundial Espiritual, entonces preparémonos y participemos… aunque sea por poner los ojos en el premio ¡Una corona de vida eterna! (Santiago 1:12). Ahora bien, todos los equipos que participan en los campeonatos antes mencionados “sufren” una preparación extrema, nadie puede participar si no lo hace asì, porque es eliminado en las primeras instancias. En lo espiritual, y en ese mismo verso en donde se nos ofrece una corona de vida se nos advierte: “NO TEMAS LO QUE VAS A PADECER, HE AQUÌ, EL DIABLO E...

Un simple mensaje pero que trascendiò

    En 1926 un buceador norteamericano muy bromista (George Morrow), deposìto una botella con un mensaje en el rìo Cheboygan en Mìchigan. En 2023 una buceadora aficionada (Jennifer Dowker) la encontró, leyendo el siguiente mensaje: “Por favor devolverla a George Morrow en Michigan. La nota de prensa que cubriò la noticia cerrò el artículo escribiendo lo siguiente: “Lo que comienza como un simple mensaje puede perdurar más allá del tiempo… y seguir tocando corazones”. Nuestro Padre celestial, nos dejó escrito lo siguiente: “Id y predicad èste evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15-18). No nos cansemos de hablar, de escribir, y de actuar en nombre de Dios… seràn tan sólo, a la vista humana, pequeños mensajes, pero que pueden perdurar a través del tiempo y seguir tocando corazones. Selah. Señor: Danos un honesto celo por tu casa

Asì de grande es su misericordia

    Pablo escribiendo a los creyentes de Corinto, les dice: “De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, tal fornicación que ni entre los gentiles se nombra” (1ª Corintios 5:1). El punto es, que había un miembro de la congregación que era fiel a la congregación, pero infiel a Dios, pues se acostaba con su madrastra (mismo verso 1). Hoy en día, sobre todo el fariseísmo, lo condenarìa al infierno. Pero veamos lo que hizo el apóstol Pablo: “Entrèguenlo a Satanàs, para que SU CUERPO sea destruido… pero NO SE CONDENE su alma” ¡Què tal!. NO estamos promoviendo el pecado, solamente, decimos como dijo el predicador de los jóvenes: ¡Què diferente vemos el color del pecado, cuando le ponemos nombre y apellido, y casualmente ese nombre y apellido nos es familiar, o peor aún, personal!. NO decimos que Dios es permisivo y que lo podemos manipular o engañar, pero lo que sì es evidente, es que, la misericordia de Dios NO es como nosotros la percibimos. ¿Ya olvidò usted, que Sans...

Ese fuerte viento que nos roba la fe.

  No hay una persona que haya leído la historia del apóstol Pedro caminando sobre el agua, que no se asombre del por què se hundió teniendo a Cristo delante de él (Mateo 14:28-30). Pero nosotros actuamos igual, ¿Cuàntas veces el Señor nos ha salvado de situaciones difíciles? Y seguimos sin tener suficiente fe. ¿Cuàntas veces nos ha librado de angustias? Y seguimos sin creer en sus promesas. No hemos logrado comprender que en el mar, un fuerte viento provoca grandes olas, y que esas olas nos dan miedo. No se trata que la presencia de Cristo no sea suficiente, se trata que el corazón humano es duro y no hemos podido llegar a confiar en él plenamente (Jeremìas 17:9). Tenemos que aprender a confiar y depender de Cristo únicamente (Juan 16:33).     Señor: Danos un honesto celo por tu casa.  

NO entendemos lo que leemos

  “Llevad MI yugo sobre vosotros” (Mateo 11:29). Para quienes no han tenido contacto con las labores del campo, explicamos: Un yugo es un elemento de trabajar la tierra, que siempre es, no solamente llevada por dos bueyes, sino en donde siempre se emparejan uno viejo y uno joven para que el viejo enseñe al joven, y asì, nunca se rompa la rutina. Cristo (aunque suene grosero y ofensivo para los fariseos religiosos) es el buey viejo (llevad MI yugo), y nosotros los creyentes somos el buey joven. Por ello tanta prueba, por ello tanta aflicción, por ello tanto sufrimiento, por ello tanto dolor en el camino. Pues es Cristo siempre jalándonos para donde es el verdadero camino. Si pudiéramos observar una yunta de bueyes trabajar, veríamos que al buey viejo solamente lo toca en el lomo el campesino y él ya sabe què camino tomar, pero al buey joven lo tienen que puyar porque se rebela, esas puyas son las tribulaciones lo dijo Cristo (Juan 16:33).   Simplemente ¡No entendemos lo que l...

La gran mentira.

    Uno de los primeros pecados de la humanidad es la mentira. Adàn tratò de mentirle a Dios culpando a Eva; Eva tratò de mentirle a Dios culpando a la serpiente; Caìn tratò de mentirle a Dios diciendo que no sabìa de su hermano porque no era su guardìan (Gènesis 3 y 4). Seis milenios han sido más que suficientes para que la mentira alcance su máximo esplendor en todas las áreas. ¿A cuál nos referimos hoy? A la gran mentira utilizada para estafar a las ovejas: “Traiga el dinero de Dios, NO le robe a Dios su dinero”. Preguntamos: ¿Necesita Dios dinero? ¿Necesita acaso el dueño del mundo y todo lo que en él existe, dinero, Salmo 24:1-2? ¿Cuànto del dinero de Dios, recibe Dios? ¿Acaso no dijo el Hijo de Dios, que pobres siempre habrá entre nosotros para poder ayudarlos, Mateo 26:11? ¿Estamos promoviendo el NO cumplir con el mandamiento de Dios de compartir de lo mucho que nos ha dado? ¡NO, absolutamente NO! Lo que estamos diciendo es que cumplamos con el verdadero mandamiento...

El amor versus el interés

    La diferencia entre lo que hacemos por amor y lo que hacemos por interés, es el hecho que el primero no espera NADA a cambio, y no nos da frustración; mientras que el segundo lo espera TODO, y como no se recibe entonces nos causa frustración. Las escrituras nos dicen: “Y TODO lo que hagáis, hacedlo como para el Señor y no como para con los hombres (Colosenses 3:23). Y en el libro de Corintios, el apóstol Pablo inspirado por el Espìritu Santo nos enseña: “El amor… es sufrido” (1ª Corintios 13:4). Asì que, en la caminata cristiana podemos examinarnos a nosotros mismos y ver, si lo que hacemos o decimos nos causa satisfacción o frustración; si el lugar en donde estamos nos gusta o queremos huir de allí; si lo que hacemos o decimos lo queremos seguir diciendo o haciendo porque da buenos frutos; si no esperamos nada a cambio o si estamos frustrados… esos son síntomas de que lo que hacemos es con amor o por interés.   Señor: Danos un honesto celo por tu casa.

Habla de nosotros y nuestros problemas.

    Hace unos meses, un predicador diò una conferencia en la cuál estaba una “familia moderna”, de aquellas que usted las ve en las redes sociales y dice: ¡Què familia más linda, siempre tan unida!, pero cuando se introduce en la fotografía de la vida real… todos están divorciados y cada uno por su camino; unos metidos en unos problemas serios, y otros en peores. La prèdica era acerca de no ser hipócritas ni delante de los hombres y menos delante de Dios. Asì las cosas, un miembro de esa familia se disgustò mucho con el predicador, pues le dijo que estaba “exponiendo” los problemas internos de la “familia feliz” (cuando era obvio que ellos mismos se estaban exponiendo en las redes sociales). Cuànta razón tienen las escrituras cuando nos mencionan situaciones como: “Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos” (1ª Juan 1:6). La hipocresìa y la mentira son pecados, mostrar una fotografía feliz cuando no se está bien con Dios y menos con l...

Cuenta conmigo y sì voy.

    Nos narra la escritura un pasaje en el cuál un hombre de campo, les pidiò a sus dos hijos que lo acompañaran a la viña a trabajarla, el primero dijo sì voy padre, pero no fue; mientras que el segundo dijo no cuentes conmigo, pero sì voy (Mateo 21:28-32). Es difícil creer pero es una triste realidad también hoy en día, que muchos obreros del Señor, cuando están en público dicen una cosa pero en la intimidad muestran otra. ¡Clamemos al Señor por no ser de esa clase de personas, o peor aún, ser lìderes asì!. Que cuando el Señor en la intimidad nos hable, nos mande, nos ordene ir, o, incluso si nos manda quedarnos quietos… lo hagamos. Que no seamos de esos necios que se creen salvadores del mundo mostrando lo que NO son, o mostrándolo por intereses oscuros. Solamente una intimidad diaria, constante y desinteresada con el Señor, nos puede guiar a decir sì Señor cuenta conmigo porque yo sì voy.   Señor: Danos un honesto celo por tu casa.  

Es un viaje, por lo tanto tiene que tener un destino.

  Nadie, pero absolutamente nadie inicia una caminata sin saber el destino que pretende, quizás lo que cambie o modifique será la vìa que tome, pero, todos estamos conscientes que, ya NO estamos en los tiempos en los cuales “todos los caminos nos conducen a Roma”. El sabio rey Salomòn escribió: “Los vivos saben que morirán” (Eclesiastés 9:5). El escritor a los Hebreos nos dice: “Es necesario que los hombres mueran una sòla vez, y después venga el juicio” (Hebreos 9:26). Y en el final del libro sagrado leemos: “Y vi un trono blanco… y vi a los muertos grandes y pequeños, y los libros fueron abiertos, y fueron juzgados los muertos según las cosas que habían hecho” (Apocalipsis 20:12, recordemos que el apóstol aquí habla en pasado porque él está en ese momento en los cielos viendo todo el panorama). Asì, que, comprendiendo lo anterior, hemos de decir que: lo creamos o no; lo entendamos o no… la vida es un viaje, y ese viaje tiene un destino ¿a dónde llegaremos? ¡Eso depende, lo dice...

Ni miente ni se arrepiente

    En el transcurso de nuestros años en la vida vemos a personas inestables y engañadoras, que nos dan con una mano pero nos quitan con la otra. Somos humanos y tenemos el derecho o la oportunidad a cada momento de respaldar nuestras palabras y nuestros hechos, o, por el contrario, negarlos. El libro de Nùmeros en la porción 23:19 nos enseña: “ Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”. Asì, podemos confiar plena y certeramente en nuestro Dios que lo que nos ofreció hacer lo hará; que no dejarà ni una jota ni una tilde sin cumplir en nosotros. Ahora bien, somos nosotros los que podemos atrasar esos eventos, esos hechos, esas promesas, etc. Pero por nuestra falta de obediencia a él, pues si le obedecemos, él lo hará. Quizàs uno de los casos más emblemáticos y repetitivos sea el de la vida de Jonàs, quien habiendo recibido una orden la tomó exactamente al contrario, pero al final, y con...

Hupomeno

  Explicamos primero, èste es un concepto que aprendimos de terceras personas no a título personal ni por estudios propios, pero lo compartimos (nueva y directamente, pues ya se mencionò días atràs) porque creemos en su importancia. Entre todos los consejos que Cristo nos dejara está el siguiente: “En aquellos días habrá GRAN CALAMIDAD en la tierra” (Lucas 21:23), pero, el que “persevere” hasta el fin será “salvo” (Mateo 24:13). La lección es la siguiente: El término utilizado por Cristo fue la palabra griega “Hupomeno”, que significa literalmente: “Soportar con valentía”; “Permanecer” o, la más importante según nuestra opinión “NO HUIR”. ¿Què estaba dicièndonos Cristo? Que en la vida, y especialmente los que vivamos los últimos días de èsta era humana, tendremos GRANDES PROBLEMAS (eso significa una gran calamidad), pero, que nuestra salvación dependerá exclusivamente (en lo material, pues en lo espiritual es creer en Cristo), en NO huir de lo que está designado para cada uno de ...

El evangelio de Cristo contra nuestro evangelio.

                      Pablo escribiendo para instruir a los creyentes en Corinto les expone: “No permitan que se les predique a OTRO Jesùs, OTRO evangelio, ni a OTRO Espìritu” (2ª Corintios 11:4). Cristo, instruyendo a sus discípulos casi al final de sus días sobre la tierra, les dice: “Mirad, que NADIE os engañe” (Mateo 24; Marcos 13 y Lucas 21), y no solamente era para ellos, sino también para nosotros (Juan 17:18-20). ¿A què vienen estas dos reflexiones? Pues al hecho del nuevo y falso evangelio que se está predicando después del también falso de “paz, poder y prosperidad”. Y es que mientras las faltas que se cometen dentro de “mi” congregación no son pecados, si las comenten en la “tuya” sì lo son. Nos encanta la expresión de un predicador de jóvenes que dice: “El color del pecado cambia, cuando le pones nombre, y cambia aún más, cuando ese nombre te es cercano o propio”. Oremos FUERTEMENTE y con honestidad para ser librados d...

El Reino con el ojo del hombre y con el de Cristo (Parte final).

  Cuando los hombres pensamos en un Reino, luego pensamos en un gobierno organizado: con una cabeza, varios lìderes que le rodean, unos cuantos ministros o magistrados, etc. ¡Exactamente ese fue el error de los judíos, y, especialmente de los doce apóstoles!   Cuando Cristo les dijo: “El Reino de Dios se ha acercado” (Mateo 4:17). Pero cuando viò que “ellos” no le entendieron tuvo la necesidad de decirles: “Mi Reino NO es de èste mundo” (Juan 18:36). En otro orden de ideas, NOSOTROS estamos igualmente equivocados e interpretando mal las palabras del Cristo al estilo de los apòstoles. Ciertamente habrá un Reino sobre la tierra en el cuál quien mande o gobierne será Cristo (el tiempo Milenial), pero, para el pan diario de cada día, Cristo nos ofreció otra clase de SU Reino: “Justicia, paz y gozo en el Espìritu Santo” (Romanos 14:17). Ahora bien, paz y gozo todos entendemos què son, pero ¿La Justicia de Dios?   ¡No es, como nosotros lo apreciamos, de premiar al bueno y cas...

El Reino con el ojo del hombre y con el de Cristo (Parte uno).

  Si somos creyentes, uno de los anhelos más grandes que tenemos si no el que más, aunque tenga un precio muy alto por pagar, es llegar al Reino prometido por Dios a través de su Hijo Jesucristo (Lucas 12:32). Es esa la razón por la cuál luchamos permanentemente contra nuestra carne, contra nuestros aguijones, contra nuestras debilidades, pues luego de estudiar las escrituras sabemos que para poder “pertenecer o entrar al Reino de Dios” NO podremos seguir siendo: “Ni fornicarios, ni idòlatras, ni adúlteros, ni sodomitas, ni pervertidos sexuales, ni ladrones, ni avaros, ni borrachos, ni calumniadores, ni estafadores (1ª Corintios 6:9-10); Tampoco tener lascivia, enemistades, pleitos, contiendas, herejías, etc (Gàlatas 5:20-21). Pero, ¿Què o cuál es el Reino según Dios? ¿Es acaso como lo contempla el ser humano?   Señor: Danos un honesto celo por tu casa  

Por eso seguimos haciendo el mal.

  Cuando éramos niños hace seis, siete u ocho décadas, nuestros padres nos decían que si decíamos o hacíamos algo indebido: “La tierra se iba abrir y nos iba a tragar; que el diablo vendría por nosotros en la noche; que por la noche pasarìa el viejito y nos llevarìa con él”, etc. Querìan que aprendiéramos la lección con miedo, con temor, a la fuerza. ¿Funcionò? NUNCA, pues resulta que la tierra no se abrió; que el diablo nunca llegó, y que, tampoco nos llevò el viejito. Conclusión: ¡Podìamos hacer y decir lo que quisiéramos porque no pasarìa nada, y de hecho, lo hicimos!. Hace tres mil años, el sabio rey dijo: “Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal” (Eclesiastès 8:11). ¡Esa es una de las razones por las cuales aún pecamos!, Porque el castigo NO viene inmediatamente por la misericordia divina, aunque la principal es el hecho que el mal está arraigado al corazón humano (Romanos...