El evangelio de Cristo contra nuestro evangelio.
Pablo escribiendo para
instruir a los creyentes en Corinto les expone: “No permitan que se les
predique a OTRO Jesùs, OTRO evangelio, ni a OTRO Espìritu” (2ª Corintios 11:4).
Cristo, instruyendo a sus discípulos casi al final de sus días sobre la tierra,
les dice: “Mirad, que NADIE os engañe” (Mateo 24; Marcos 13 y Lucas 21), y no
solamente era para ellos, sino también para nosotros (Juan 17:18-20). ¿A què
vienen estas dos reflexiones? Pues al hecho del nuevo y falso evangelio que se
está predicando después del también falso de “paz, poder y prosperidad”. Y es
que mientras las faltas que se cometen dentro de “mi” congregación no son
pecados, si las comenten en la “tuya” sì lo son. Nos encanta la expresión de un
predicador de jóvenes que dice: “El color del pecado cambia, cuando le pones
nombre, y cambia aún más, cuando ese nombre te es cercano o propio”. Oremos
FUERTEMENTE y con honestidad para ser librados de ese nuevo y falso evangelio,
pues ya llegamos al punto en el cuál predican: “Si nos GUSTA y lo PRACTICAMOS no
es pecado, pero si NO NOS GUSTA y por eso NO LO PRACTICAMOS entonces si lo es”.
Eso es hipocresìa pura, fariseísmo puro, y eso fue CONDENADO por Cristo… y
ellos tampoco verán el reino (Mateo 23 completo).
Señor: Danos un honesto celo
por tu casa.
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