Ese penoso trabajo de conocer.

 


 

Cuando uno está en una plàtica es muy comùn ver a dos personas una tratando de saber más que el otro acerca de un tema, no importa si se trata de política, deportes, religión, medicina u otro tema material o espiritual. Y, hasta hemos llegado a creernos, que al decir la última palabra en la discusión es porque tenemos toda la razón. ¡Què razón tuvo el sabio Salomòn cuando mencionò: “Este PENOSO trabajo diò Dios a los hombres… el conocimiento” (Eclesiastès 12:13). Nunca llegaremos a ser expertos en algo por mucho tiempo que le dediquemos, por la misma razón que nos diò el rey Salomòn: “¿Què es lo que fuè? Lo mismo que será. ¿Què es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará. Y concluye: ¿Hay algo de lo cuál se pueda decir, esto es nuevo?  Y la respuesta nos lleva al tiempo entre Gènesis 1:1 y 1:2… ¡Ya fue… en los siglos que nos precedieron! Otra u otras culturas; otra u otras humanidades; otros seres que existieron ANTES que nosotros ya hicieron lo que para nosotros es novedad… pero, da toda la impresión, que terminaron como estamos por terminar nosotros: Destruyèndose entre ellos mismos. Sì, ese penoso trabajo de conocer nos está matando.

 

Señor: Danos un honesto celo por tu casa.

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