La blanda respuesta.
Lastimosamente, aunque no
debiera ser asì, todos los que tenemos contacto con entidades de gobierno,
hemos tenido experiencias tristes por la mala atención que algunos empleados
nos dan. Y, es muy notorio que mientras más alto es el cargo que llega a
desempeñar alguien más es el orgullo o la prepotencia que llega a alcanzar.
Pues bien, hace unos días en el seguro social llegó alguien a quien le costaba
entender las explicaciones ante una dependiente, la cuál perdió la paciencia y
respondió con mucho enojo y más prepotencia aún, de tal manera que todos los
que estábamos en la sala nos dimos cuenta. La siguiente persona que pasó lo
hizo con mucha educación y sonriente con la dependiente, la cuál ya respondió
con más calma y con una sonrisa. En ese momento nos hizo recordar las palabras
bíblicas: “La blanda respuesta… calma el enojo” ((Proverbios 15:1). Todos
queremos alcanzar lo que necesitamos pero si no lo perseguimos con el debido
cuidado es bastante difícil que lo logremos, y en casi todas las ocasiones la
blanda respuesta ayuda mucho.
Señor: Danos un honesto celo
por tu casa.
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