De la desesperación a la gloria.
¡Cuàntas
veces en nuestra vida no hemos querido, debido a las situaciones desesperadas
en que hemos estado, que sería mejor morir que vivir! Hemos conocido ovejas y
hasta lìderes en situaciones tan extremas que han pedido a Dios los recoja de
èste mundo, pero, en cuanto sus problemas se acaban pierden “milagrosamente” el
deseo de morir. Esto, no es nada nuevo, en el libro de los Hechos de los
apóstoles capítulo 16, vemos una escena en donde Pablo y Silas están
prisioneros, pero en lugar de quejarse y de maldecir la situación, se ponen a
cantar y dar gloria a Dios, situación que terminò con la intervención divina
provocando un terremoto que rompìo las cadenas que los tenían atados y abrió
las puertas de las celdas. Uno de los carceleros al ver la situación, y
comprender que el gobernante le mandarìa matar, preferìa quitarse la vida él
mismo. Pero el apòstol Pablo le detuvo, y, además, con sus palabras el soldado
se convirtió al cristianismo. Aquì tenemos un ejemplo claro que de la
desesperación se puede llegar a la gloria.
Señor: Danos
un honesto celo por tu casa
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