El problema de ser enseñado por mercaderes.


 

¿Còmo aprende uno matemáticas? Con maestros de matemáticas. ¿Còmo aprende uno pintura? Con maestros de pintura. Etc. Y, siempre, en la medida de nuestras posibilidades buscamos a los mejores. Eso exactamente nos sucede cuando del camino espiritual se trata. Todos queremos conocer a Cristo màs y màs, y para eso buscamos, al inicio de nuestras caminatas, a quienes creemos los mejores. Definitivamente hacemos bien al buscar esos recursos en ESE tiempo, pero, pasados los años no debiéramos olvidar las palabras del escritor: “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenèis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios” (Hebreos 5:12). Ahora bien, ciertamente que necesitamos tutores, pero pidamos a Dios que nos de discernimiento para saber con quién, pues de lo contrario estaremos frente a un mercader, que nos enseñarà a mercadear el evangelio, en lugar de practicarlo (Mateo 10:8). Y, tiempo después, el apóstol Pedro nos advirtiò: “En los postreros tiempos (en los cuales estamos hoy), vendrán tiempos PELIGROSOS, porque por AVARICIA, habrá gentes que harán MERCANCÌA de vosotros (2ª. Pedro 2:3). ¡Cuidado!

 

Señor; Danos un honesto celo por tu casa 

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