El camino del Señor… está preparado.
Ocho siglos antes que Cristo
naciera, un profeta en Israel decía: “Voz que clama en el desierto, preparad el
camino a Jehovà” (Isaìas 40:3). Y, 30 años después del nacimiento de Cristo, un
hombre, llamado Juan y apodado el Bautista, empieza a proclamar en Israel que
el Hijo del Hombre está entre los humanos. Lo hace evidente y lo señala el día
què, sabiendo que no es digno de hacerlo, lo bautiza en las aguas del Jordàn (Mateo
3:14). Pero la lección que hoy queremos enfatizar es la siguiente: “Juan, vivió
una vida tan ejemplar, que en alguna ocasión muchos estudiosos de los rollos
antiguos le creyeron ser el Mesìas tan esperado” (Juan 1:20). ¿Quièn iba a
pensar que un hombre al que la generalidad lo podría señalar como un “indigente”
por su apariencia (viviendo en el desierto sin casa, vestido con una simple
piel de camello, y, de alguna forma con apariencia de desnutrido pues solamente
comìa langostas y miel), pudiera ser confundido con el Mesìas (Marcos 1:6). Màs,
no siendo èl el Mesìas, cuando ya no estuvo: “El camino estuvo preparado”.
Señor: Danos un honesto celo
por tu casa.
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