Dura palabra es èsta.
Estamos posicionados en un
mundo en el cuál, quienes luchamos por caminar por los senderos que tienen
espinas somos considerados locos, bien lo había dicho ya el apóstol (1ª
Corintios 1:18). De tal forma que todos los que están en el mundo, y muchas
veces también nosotros los creyentes, mejor nos metemos en los senderos más
fáciles para llegar a nuestro destino, o, en su defecto, alcanzar la meta tan
deseada. Cristo, luego del famoso Sermòn del Monte, se dirige a sus discípulos
y les dice: “Dad de comer a las multitudes, pero para esto, deben comer mi
carne y beber mi sangre (lo que significaba: ustedes deben vivir como yo vivo
Juan 6:53; y tomen su cruz y síganme Mateo 16:24). Lo entendieron tan bien quienes
le escucharon y le seguían que, por ello, muchos se retiraron de su lado y
expresaron: “Dura palabra es èsta” y jamás anduvieron más con él (Juan 6:60 y
66). ¿Nos pasarà lo mismo? Oremos y
clamemos porque no, porque dura palabra es èsta. Meditemos
Señor: Danos un honesto celo por tu casa.
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