Mientras hay vida… hay esperanza
“Aún hay esperanza para todo
aquel que está entre los vivos” (Eclesiastés 9:4ª). Con estas palabras el sabio
rey Salomòn nos explica y aclara que los muertos “nada son”, ya no contamos con
ellos, ya terminaron su labor en èste mundo. Si esa labor fue agradable o
desagradable al hombre o a Dios, sólo lo sabremos por los frutos que veamos
aquí como humanos; y en el más allá, para el juicio final (Apocalipsis 20:12).
Nos continúa diciendo el sabio rey que los muertos quedan en el olvido para el
ser humano, que el amor o el odio que hayan mostrado también queda en el
olvido, y què, NUNCA más tendrán parte en lo que se hace debajo del sol (èste
mundo) verso 6. ¿A què viene èsta reflexión? Al hecho que es durante nuestros
días en el peregrinar de la vida que podemos hacer o dejar de hacer algo. Y,
desde el punto de vista espiritual, lo importante es dar reconocimiento a
nuestro Creador, y aceptar su regalo de la sangre de Su Hijo por la remisión de
nuestros pecados, pero eso, solamente mientras hay vida (Eclesiastés 12:1).
Salah.
Señor: Danos un honesto celo
por tu casa.
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