Aprendamos a leer las señales.
Dalila era una mujer filistea,
o sea, una persona nacida en una nación enemiga de Israel, sin embargo, Sansòn
se enamorò de ella, y por ello, no atendiò ni a la ley ni a las señales que
Dios le envió para cuidarse (Jueces 16). Sansòn primero declaró que con 7
cuerdas sería prisionero (Jueces 16:7); luego declaró que una soga nueva sería
suficiente (Jueces 16:11); en una tercera señal le dijo a Dalila que si
entrejìa su cabellera 7 veces entonces sería vencido (Jueces 16:13). Con esas 3
señales Sansòn no se pudo dar cuenta del engaño, asì que en una cuarta
oportunidad cayó de la gracia y revelò el secreto, y eso, lo llevó a su fin
(Jueces 16:17). Hoy, nosotros no somos Sansòn, pero igualmente estamos
recibiendo señales continuas acerca que el tiempo del fin está cerca. Quizàs a
la señal que más debemos de temer y de entender es: MIRAD QUE NADIE OS ENGAÑE
(Mateo 24; Marcos 13 y Lucas 21). Selah.
Señor: Danos un honesto celo por tu casa.
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