Metamorfosis.

 


 

Se le llama así a la transformación de algo a otra cosa. Hace unos días vimos cómo un amigo, queriendo utilizar su tiempo libre en algo útil, comprò unas tarimas llamadas palets por los comerciantes, y pudimos observar cómo de una madera barata, rùstica y mal acabada, pudo hacer unas pequeñas obras. Luego de comprar las tarimas, las desarmò, las lijo, las cortò, las transformò y luego las pintò, cuando el proceso terminò las madreas ya no eran las mismas. Curiosamente eso es lo que Dios hace con sus elegidos (Efesios 1:1-6). Los compra, los desarma, los lija o pule, los corta, los transforma y por fin los pinta, de tal manera que cuando alguien llega, y, conociendo o no el proceso, puede comprobar que ya no se trata de la misma persona. Con razón las escrituras nos hablan de dejarnos moldear como el barro en manos del alfarero (Jeremìas 18:6).

 

Señor: Danos un honesto celo por tu casa.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El que inició la obra en tì… la terminarà.

El amor versus el interés

La obesidad espiritual.