En los días venideros.
Hace casi 3 mil años, el sabio
Salomòn escribió lo siguiente: “ Porque ni del sabio ni
del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será
olvidado, y también morirá el sabio como el necio” (Eclesiastès 2:16). ¿A què
días venideros se referìa Salomòn? A “estos” últimos días como lo dijo casi mil
años después el apóstol que escribiera Hebreos: “Dios,
habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres
por los profetas, en ESTOS postreros días nos ha hablado
por el Hijo” (Hebreos 1:1-2). Sì, en estos últimos 2 mil años (dos días para el
Señor; Salmo 90:4 y 2ª Pedro 3:8), el Señor nos ha estado hablando en general y
en lo personal (a quienes aprendimos a tener devocional diario, no para pedir
para y por nosotros sino para y por otras personas), que hagamos “tesoros en el
cielo y no en la tierra” (Mateo 6:19-34). No teniendo apego a las riquezas de
èste mundo. ¿Ya se preguntò usted, las joyas que eran el bien preciado de
alguien hace 100 años, a quién le pertenecen hoy? ¿La casa o la finca que se
pelearon dos hermanos por tenerla cuando murió papá, a quién le pertenecerà en
20 ò 25 años? Seguramente las respuestas son: ¡A otra persona! Dentro de no mucho, poca memoria habrá de
nosotros, no seamos necios. Meditemos.
Señor: Danos
un honesto celo por tu casa.
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