Corazòn pùrpura.

 


 

Corrìa el año 1,782 cuando el General George Washington instituyò un premio llamado “Corazòn Pùrpura”, el cuál era y sigue siendo otorgado a militares que son heridos en batalla, o, entregados a la familia póstumamente si fallecen. A la fecha se han entregado 1.8 millones de esas medallas, un grupo que a priori parece alto, pero que en relación a la población que de ese entonces para acá pasan de los 500 millones, es muy poco. Es curioso, que en lo espiritual el Señor nos avisa què. “Muchos serán los llamados pero pocos los escogidos” (Mateo 22:14), y què: “Ancho es el camino, pero estrecha la puerta” (Mateo 7:13-14). Sì, cuando analizamos a los distintos grupos de personas que dicen seguir al Señor, podemos distinguir casi a plenitud quiènes han pagado un precio siendo “heridos o muertos” (espiritualmente hablando), para poder merecer el “Corazòn Pùrpura” (un ministerio bendecido por Dios) y quienes creen merecerlo. Pronto está el día en el cuál el Señor dará a cada uno conforme su caminata (Corintios 3:13-16). El fuego de la prueba que se nos viene encima en los próximos dos o tres años o quizás ya èste año 2025, dirà quién merece ese premio (1ª Corintios 3:13).

 

Señor: Danos un honesto celo por tu casa.

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