Primero hay que deshierbar.
Para que un jardín se vea presentable hay mucho trabajo e
inversión de por medio. Por experiencias ajenas y propias lo sabemos. Primero
hay que quitar toda hierba mala y en ocasiones aún parte de la buena. Es
necesario quitar parte o toda la tierra baja para colocar nueva, y luego de
nivelar el terreno… entonces inicia el proceso final con las plantas, árboles e
ideas para decorar. Lo mismo nos sucede con lo espiritual, no podemos esperar,
sólo porque alguien reconoció a Cristo como su salvador que de la noche a la
mañana sea un pròspero creyente. Es necesario remover muchas cosas antes. Para
eso son las pruebas y las enseñanzas que debemos padecer (Santiago 1:12). Es
necesaria una comunicación permanente con Dios; leer las escrituras
comparándolas con otras escrituras; y tener intercambio de conocimientos con
otros creyentes. Pero NUNCA quedarnos con la palabra unilateral de alguien, el
Apòstol Pablo felicitò y alabò a los creyentes de Berea precisamente por esa
razón (Hechos 17). Y repetimos, el Apòstol había estado en el tercer cielo, y
aún así, NO se molestò sino le agradò que dudaran de sus prèdicas, al extremo
de llamar a los de Berea por esa acciòn “nobles” (2ª Corintios 12:2). (hoy en día
usted cuestiona al líder y se tiene que ir de “su” congregación porque son
lìderes NO deshierbados).
Señor: Danos un honesto celo por tu casa
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