Un buen padre.
Un buen padre no es necesariamente aquèl que da vida a un
hijo; que lo cuida; que le da casa; que le cubre sus necesidades y gustos; ni
siquiera aquèl que le procura una buena educaciòn acadèmica. Un buen padre es
aquèl què, sin descuidar los renglones anteriores en la medida de sus
capacidades, educa a su hijo bajo los lineamientos del respeto a Dios. ¿Por què
no decimos aquí, en la palabra de Dios? Pues porque eso es relativo, nos
explicamos: Job, era una persona que vivió (aunque no lo hemos captado así por
la posición física en la que los canónigos pusieron su libro en las escrituras)
mucho antes que los rollos de las escrituras fueran escritos, y, sin embargo,
él proveyó de todo lo que pudo en lo material a sus hijos, PERO, también los
educò en el temor a un ser superior que él conocía de alguna manera como su
Dios (Job 1:1). Y no se conformò con sólo eso, cuando sus hijos crecieron y
maduraron, él aún así, hacìa holocaustos, oraciones e intercesiones en las
mañanas por cada uno de ellos (Job 1:5). ESE es un buen padre, el que intercede
por sus hijos todos los días, aún cuando estos ya se fueron de casa, ya no
digamos si permanecen en ella. Meditemos.
Señor: Danos un honesto celo por tu casa.
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