No te acerques porque soy más santo que tú.

 


El profeta Isaìas es guiado por el Espìritu Santo para dejarnos inmortalizadas estas palabras: “Extendì mis manos todo el día a un pueblo rebelde que dice a otros: No te acerques a mì porque soy más santo que tú, y sacrifican en huertos y queman incienso sobre ladrillos” (Isaìas 65:1,3 y 5). Vaya definición tan fuerte de lo que es un RELIGIOSO FARISEO, especialmente de los modernos, que piensan que quien NO tiene un líder humano está mal aunque su líder sea Dios Padre (Jeremìas 31:31-34). Dios Padre, nos explica el profeta, está todo el día extendiendo su mano de misericordia y de amor hacia los suyos, pero los suyos no hacemos lo mismo al hacer acepción de personas, y ver de menos a quien no se reúne dentro de las cuatro paredes que nosotros. Con razón avergonzó Dios al profeta Elìas cuando le dijo: ¿Tú sólo? ¿No sabes que como tú hay otros 7 mil? ¡Solamente que NO están en donde tú quisieras que estuvieran, o en donde tú crees que debieran estar! (1ª Reyes 19:18). Esos 7 mil no han adorado a Baal. ¿Conocemos quién era Baal o què representaba? Representaba a satanàs y sus legiones, era también conocido como señor, y Dios Padre nos llama a no adorar a otros señores que no sea EL (Mateo 4:10). Trabajo, dinero, casas, terrenos, autos, la congregación misma, y aún, hijos o familia que antepongamos a Dios representan un Baal. No nos creamos más santos que los demás sólo porque hacemos o dejamos de hacer lo que otros hacen o dejan de hacer. Selah.

Señor: Danos un honesto celo por tu casa.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La obesidad espiritual.

El anticristo está entre nosotros.

Cuando Dios te tira al ruedo.