El hambre se quita comiendo.

 


En nuestras ciudades latinas vivimos en una sociedad empobrecida, no pobre, sino empobrecida, porque así conviene a nuestros gobiernos centrales, pues quien depende de un pan para sobrevivir se mantiene sujeto a quien le concede ese pan. Hoy, lastimosamente, ese patròn se está aplicando a nivel mundial para tener el control por parte de gentes poderosas económicamente, precisamente del mundo entero. No es nada nuevo, está escrito que un espíritu satànico lo querrà intentar, y decimos intentar porque Dios no lo va a permitir (Daniel 7, 9 y 11; Apocalipsis 11,12 y 13). Ahora bien, ¿cómo nos quitamos el hambre física?, pues comiendo pan. En lo espiritual también nos quitamos el hambre comiendo el pan de vida que es la palabra de Dios (Juan 5:39). Estamos en tiempo muy peligrosos, inmorales, malignos y corruptos, si no nos acercamos a quien nos da ese pan de vida… moriremos (Juan 6:35).

 

Señor: Danos un honesto celo por tu casa 

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