Las pruebas van incluidas.
Cuando Jehovà sacò a su pueblo Israel de la esclavitud de
Egipto y de Faraòn, el día del éxodo se dijo a sì mismo: “No los llevarè por el
camino de la tierra de los filisteos, que està cerca; para que no se
arrepientan cuando vean la guerra” (Exòdo 13:17-18). Esta es una paràbola para
nosotros los creyentes. Jehovà, cuando nos saca de la esclavitud del pecado
(Egipto, el mundo), pudiéndonos llevar por un camino corto (tierra de
filisteos), nos lleva por el camino largo, el desierto (pruebas) pero no para
mortificarnos sino para prepararnos. Para que no renunciemos cuando enfrentemos
batallas fuertes. Esta paràbola del éxodo israelita es también una lección que
nos prueba que la doctrina de paz, poder y prosperidad es falsa, es en
realidad, uno de los mayores engaños de satanàs para con el creyente. Pues se
nos explica varias veces que el calor del desierto desespera, nos prueba la
paciencia y nos doma el carácter, para que ya maduros podamos conquistar la
tierra prometida, no olvidando de dónde nos sacò el Señor.
Señor: Danos un honesto celo por tu casa.
Comentarios
Publicar un comentario