Cuando la respuesta es NO.
Cuàntas veces hemos confiado en el versìculo que nos incita
a pedirle algo a Dios, porque dice que “todo lo que pidamos en oración creyendo
nos será concedido”, dicho esto por Cristo, el Hijo de Dios (Mateo 21:22). Sin
embargo, el apóstol Pablo nos narra que él tenía un “aguijòn” en la carne, pero
que habiendo pedido tres veces en oración que le fuera quitado NO se lo
concedieron, sino que la respuesta fue “bástate mi gracia” (2ª Corintios
12:7-9). Esto lo sabemos ¿pero recordamos acaso que también a alguien más le
negaron por tres veces una petición? Bueno, pues fue ni más ni menos que al
mismo Cristo (Mateo 26:39, 42 y 44). Pregunta del millón: ¿De què nos quejamos
nosotros tremendos pecadores (al menos hablamos en lo personal), de no tener
respuesta a “algunas” de las oraciones, preguntas o inquietudes, si a dos
titanes de lo espiritual el Padre no se las concedió?. Quizàs, y tan sólo
decimos quizás… sólo necesitamos
recordar que nos BASTARÀ SU GRACIA DIVINA en el momento adecuado. Meditemos.
Señor: Danos un honesto celo por tu casa.
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