Y serán una sola carne (Parte uno).

 


 

Y después de seis días de creación, Dios volvió sus ojos atrás, vio de lejos todo lo creado, y como viò que todo estaba perfecto… entonces puso sobre la faz de la tierra al hombre y a la mujer porque no les iba a faltar nada (Gènesis 1:25-27). Dios creò al hombre y a la mujer para que, con felicidad, procrearan y llenaran la tierra de y con hijos (Gènesis 1:28). Pero lastimosamente desobedecieron a un sólo mandato dado por Dios: “NO tocar del fruto prohibido” (Gènesis 2:9 y 3:3). Ahora bien, ¿Cuàl es la razón en nuestros días por la cuál los matrimonios fracasan, siendo que Dios los quiso bendecir desde el principio? Bueno, una de las primeras causas es el hecho que las personas hoy en día se casan por el motivo equivocado. Unos porque no quieren estar solos; otros porque la otra persona les gusta mucho fìsicamente; y, lastimosamente otras por intereses personales, ya sea sociales, familiares, o peor aùn, económicos. Creemos firmemente que si el matrimonio no es por amor, el porcentaje de fracaso es mucho más alto que por cualquier otro motivo, siendo que aún estando el amor de por medio NO hay garantía absoluta de éxito por el egoismo.

Señor: Danos un honesto celo por tu casa.

 

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