Las resurrecciones (Parte dos).
NADIE puede negar, entre los creyentes, que Dios es un Ser
de orden. Ordenò el mundo en Gènesis 1 y lo ordenarà en Apocalipsis 21. Y, en
el ìnterin hace cuànto es posible por ordenar nuestras vidas (Isaìas 55:8-9 y
Jeremìas 29:11). NADA de lo que sucede en el mundo está, por lo tanto, fuera de
orden. Bien, en otro sentido vemos que Dios tiene un plan en una bitàcora
(libro) en donde todo suceso está escrito y toda persona está incluida (Salmo
40:7). Y, como vimos anteriormente, al ser humano le es necesario vivir una
sólo vez y morir también una sola vez, pero, NO para desaparecer para siempre
sino para ser retornado al lugar de donde salió y de quién salió, Dios
(Eclesiastés 12:7). Se muere la carne (el barro), el cascaròn que nos
identifica como fulano o sutano, pero no se muere el espíritu (el soplo) con el
cuál Dios nos diò vida (Gènesis 2:7).
Señor: Danos un honesto celo por tu casa
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