Leemos pero NO entendemos.


 

Es un hábito muy preciado el que un creyente lea las escrituras, es triste, sin embargo, que incluso muchos de los que leemos o decimos estudiar las escrituras no sepamos conceptos elementales. Nos preguntan ¿Cuándo vivieron los profetas que anuncian el fin? y no sabemos responder. Nos cuestionan acerca de la división del reino de Israel, y no sabemos dar una explicación completa acerca del reino del norte y el del sur, o, peor aún, no sabemos el por què se dividieron o cuando. ¿Sabemos acaso cuàntos reyes hubo en Judà?. ¿Sabemos si eran parientes quienes reinaron en el norte? ¿Podrìamos responder cuál fue el nuevo pacto que Dios ofreció para los últimos días? ¿Còmo se llamaba quien fue elegido para sustituir a Judas el traidor? ¿Hasta cuándo dicen las escrituras que durò la Ley de Moisès? Y, yendo aún más lejos ¿Sabrìamos responder de dónde saliò la esposa de Caìn? ¿Era Nimrod un hombre de color? Como creyentes, NO podemos estar sacando el pecho con orgullo si al menos no conocemos a intimidad a nuestro Señor. Lo demás como dijo el predicador: “Es vanidad de vanidades”.

 

Señor: Danos un honesto celo por tu casa.  

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