Ese tiempo será sólo para valientes. (Parte uno)

 


 

Es increíble cómo la necesidad o las angustias personales nos hacen acercarnos a Dios con una euforia que pocas actividades nos provocan. Y, eso, no estaría mal, de no ser porque casi siempre los motivos son equivocados, lo cual demostramos con el hecho que en cuanto pasa la pena o la angustia nos olvidamos de Dios. En otro sentido, escuchamos “un mensaje muy motivador de un líder carismàtico”, y salimos de ese recinto con la idea que el “Edèn” ya fue reabierto otra vez sobre la faz de la tierra. Pero, sin llegar a ser negativos o pesimistas, nada más lejano a la verdad, y esto, no por opinión propia sino porque quedaron escritos los acontecimientos de los tiempos en los cuales nos iba a tocar vivir. Veamos: “En aquèl tiempo se levantarà Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de ANGUSTIA, cual NUNCA fue desde que hubo gente hasta entonces” (Daniel 12:1), preguntamos. ¿Podremos señalar de negativo o de pesimista al profeta, después que estamos viendo y viviendo lo que él predijo hace 27 siglos?.

 

Señor: Danos un honesto celo por tu casa.

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