Las parábolas eran para los rebeldes.
“Y
habla por parábola a la casa rebelde, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor”
(Ezequiel 24:3). El Señor le hablaba a SU pueblo por medio del profeta
Ezequiel, pero el pueblo no quería escucharlo, pecado muy grave, pues desde
años atrás Jehovà el Dios de Israel había dicho: “Si escucharas hoy mi vos y me
obedecièreis YO serè tu Dios y tú seràs mi pueblo” (Deuteronomio 28:1). Pero,
el pueblo no lo hizo asì, entonces en la declaración al profeta, si lo notamos,
el Señor ya no dice “MI pueblo” sino tan sólo “Jehovà el Señor” dice. Cristo 5
siglos después les dirige a sus discípulos las mismas palabras: “A vosotros es
dado el conocer los tesoros y los secretos del reino, porque están oyendo, porque
están atentos a aprender, y porque estàn atentos a obedecer” (Lucas 8:10). Si
NO entendemos la palabra no es porque sea difícil de entender, es porque NO
escuchamos a Dios y menos queremos agradarlo, él mismo lo dijo.
Señor: Danos un honesto celo
por tu casa
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