Es un acto Divino.
Un padre de familia no llega a
tiempo porque la esposa no pudo llevar al niño al Kinder; una mujer no llega a
tiempo porque el despertador se le arruinò y no sonò; un accidente de tránsito
hace llegar tarde a un empleado; una mujer que esperaba su bebé para la semana
siguiente sufre un adelanto. Preguntamos: ¿Què hay como común denominador de
estas personas? NO LLEGARON A
TIEMPO A SU DESTINO SIN INTENCIÒN. Pero
¿por què es importante ese detalle? Porque todo esto sucedió en NY, TODOS
trabajaban en las llamadas Torres Gemelas, y ese día era el 11 de septiembre de
2001. Todos los días nos suceden o le suceden a otras personas “eventos voluntarios
o involuntarios”: Que se descompone el auto; que perdemos las llaves; un
percance de tránsito; un problema de luz o de agua en casa, en otras palabras
retrasos. Y ellos o nosotros nos quejamos, como casi seguramente, las personas
mencionadas al principio… pero Dios les salvò la vida. Quizàs para nosotros no
sea de vida o muerte lo que nos suceda, pero de lo que sì podemos estar seguros
es que Dios tiene un propósito, y debemos entender que es un acto Divino el que
nos retrasa. Aquì si hace eco el verso de Jeremìas 29:11: “El tiene mejores
planes para nosotros”.
Señor: Danos un honesto celo
por tu casa
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