De los peores males.
Hay males de males decía la
abuela, pues todos tenemos errores y defectos, pero algo que la entristecía
mucho, y con justificada razón, era lo siguiente: “Una persona a la cuál ella
había dado de comer, y luego no era agradecida sino más bien se creìa con
derechos”, era cuando nos decía: “Una persona que muerde la mano del que le da
de comer… no es confiable”. En la escritura encontramos personas que hicieron
lo mismo con Dios, y recibieron las consecuencias de ello, verbigracia: A Adàn,
Dios le diò toda la confianza de manejar su reino, y èste no respetò las leyes,
y fue expulsado del paraiso a un mundo hostil (Gènesis 2:16-17). A los tres
reyes del reino unido de Israel, Saùl (Ahinoam y Rizpa) David (Mical, Betzabè,
Abigail y otras) y Salomòn (mil) se les dijo: “No es bueno que el rey tenga
muchas mujeres para sì, porque le apartaràn su corazón del Señor”, los tres
fallaron y los tres en diferentes momentos recibieron de una u otra forma una fuerte
y desagradable consecuencia (Deuteronomio 17:17). El punto principal del asunto
NO es juzgar a quienes ya fallaron, el punto es què, aprendamos la lección y
NOSOTROS luchemos por no fallar, o al menos cuando fallemos nos arrepintamos y
pidamos perdón, pues al fin y al cabo somos humanos y ninguno está libre de
pecado (Romanos 3:23). Pero no olvidemos: De los peores males está morder la
mano que nos da de comer... pues tiene consecuencias graves en la vida. Nos enseñaron
en el Instituto Bìblico: “La gratitud NO te mete al cielo… pero la falta de
ella SI te excluye”. Meditemos.
Señor: Danos un honesto celo
por tu casa
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