Es duro.
Hace unos días escuchamos, en
una reunión, una conversación entre dos personas, la A le decía a la B, las
personas no te escuchan cuando predicas el evangelio porque los asustas, eres
muy duro para decir las cosas, y resultas metiéndoles miedo. La B, le
respondió, es muy posible que esa hipótesis sea verdadera, pero también existe
la posibilidad de otra, que sì es una teorìa: “La gente está tan acostumbrada a
la mentira y a la vida suave, que NO está preparada para escuchar la verdad de
una vida muy dura, que primero, YA estamos viviendo; y segundo, la peor que se
avecina” (Mateo 24; Marcos 13 y Lucas 21 y la ira de Dios en Apocalipsis).
Cristo, ese gentil, amable, noble
y amoroso personaje que nos presenta la biblia como nuestro salvador les decía
a los religiosos: “Hipòcritas”, preguntamos: ¿En dónde está su dulzura en esa VERDAD?
(Mateo 23 completo). Juan el Bautista, quien había de preparar el camino para
la venida del Cristo señalado antes, les decía a las MULTITUDES: “Generación de
víboras”, preguntamos: ¿En dónde está la ternura o la delicadeza en esa VERDAD?
(Lucas 3:7). Entonces: ¿Serà que habemos quienes NO somos tiernos, dulces o
POLÌTICOS para presentar el evangelio, o será que envueltos en una vida llena
de mentiras… NO ESTAMOS YA PREPARADOS PARA RECIBIR LA VERDAD? El que entendió,
entendió porque esto es duro de recibir… ¡Y no va a cambiar por ser tiernos,
dulces o políticos!
Señor: Danos un honesto celo
por tu casa
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