Lamento… no es igual a queja.

 


Lo hemos comentado ampliamente por èsta ventana ¿Quièn en el mundo no tiene problemas, dificultades, necesidades, angustias, etc?. Unos las pasan en silencio mientras que otros las publican, eso depende del carácter de cada persona. Pero, hay una diferencia entre ambas, el “lamento” es cuando buscamos una solución y queremos salir de allí para no volver; mientras que la “queja” es para causar làstima y estar siempre con la mano extendida para ver què se recibe, y creyendo que, solamente porque otros tienen están en la obligación de compartirnos continuamente. Un ejemplo bìblico de “lamento”, lo vemos en el paralìtico de Betesda, quien añoraba que alguien le ayudara para estar sano (Juan 5). Y, el mejor ejemplo de “queja”, lo vemos en el pueblo de Israel luego de salir del cautiverio y esclavitud de Egipto, que en un momento dado hubiera preferido regresar a esa esclavitud que tener què luchar por llegar a la tierra prometida (Éxodo). El lamento nos saca adelante pero la queja nos hunde. Meditemos.

 

Señor: Danos un honesto celo por tu casa

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