Hazte un arca… pero con aposentos.

 


 

Preguntamos: ¿Alguna vez en la vida, nosotros, quienes hemos nacido en barrio o en familias de escasos recursos, hemos pedido a Dios prosperidad? Claro que lo hemos hecho, pues es triste, desolador, desconsolador, agotador y otro cùmulo de emociones negativas el no tener recursos para cubrir las necesidades mìnimas, o, como lo llaman en la economía profesional, cubrir los “gastos bàsicos”. Y, ¿Si Dios nos dijo que si pedíamos algo con fè lo recibiríamos? (Mateo 7:7); ¿Por què, entonces no lo recibimos en la gran mayoría de casos? En otras palabras estamos pidiendo un “arca”, que no es mala pedir, entonces por què no la recibimos (Gènesis 6:14). La respuesta nos la da la escritura: ¡Por que pedimos para nuestros deleites! No para compartir con otros, o sea, no la estamos pidiendo con “aposentos” para compartir (Santiago 4:3). Los que reciben lo que piden lo hacen porque en su corazón están pensando no solamente en cubrir sus necesidades sino en cubrir las de otras personas también, hasta donde sus posibilidades se lo permiten. Y, otra situación, quienes reciben, es porque ya están compartiendo de lo poco que tienen, si somos fieles en lo poco entonces recibiremos para dar más nos dice la escritura (Mateo 25:23).  

Señor: Danos un honesto celo por tu casa.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La obesidad espiritual.

El anticristo está entre nosotros.

Cuando Dios te tira al ruedo.