Por amor a…
Cuando leemos la historia de
Adàn y Eva es muy fácil preguntarse ¿Por què tenemos toda la humanidad què
pagar por el pecado que cometió otra persona? Hace unos días una niña nos
preguntò con toda la inocencia del caso ¿Acaso no es injusto que paguemos por
el pecado de otros? Dios en su misericordia
nos mostró que no es injusticia sino herencia, la mejor prueba de ello es el
hecho que cuando nuestros abuelos o padres mueren, nosotros heredamos terrenos,
casas, bienes, ganados o cuentas de bancos por las que no trabajamos… y allí,
no lo consideramos injusto (Eclesiastés 2:19). Heredamos por el amor que nos
tuvieron en vida, y así es con Dios y nosotros en lo espiritual. Las escrituras
nos muestran a un rey David haciendo misericordia a un tal Mefi Boset, por amor
a que era hijo de su mejor y más apreciado amigo Jonatàn (2ª Samuel 9). Ahora
bien, nosotros, sin haber agradado a Dios en nada, él en su misericordia ahora
nos deja sentarnos a su mesa como Mefi Boset lo hizo en casa del rey, por
supuesto, por aceptar la sangre de Cristo como suficiente paga por nuestros
pecados, de él es la gloria.
Señor: Danos un honesto celo
por tu casa.
Comentarios
Publicar un comentario